Anhelo verte, y contemplar tú siempre increíble belleza, que atrapa mi atención,
Y ya quiero sentir tus manos en las mías,
Mientras en mi mente te digo lo mucho que te amo,
Escuchar tu siempre viva voz,
Ver tus cabellos traviesos jugando con el viento, mientas miras fijamente a la nada,
Con esa forma tan peculiar por demás, con la que miras,
Como seduciendo a la vida mientras ella te seduce a ti.
La increíble vanagloria que presentas, cuando mis ojos admiran tu belleza,
Como flechazos cupidescos que me atrapan y enamoran.
Mi eremita amor, que apenas florea con tu llegada, como la primavera,
Que a su inicio despierta la flora y fauna de mi bosque corazón.
Con el primer contacto físico y verbal,
Despiertas mi pación más carnal,
Al igual que el varano, que me empieza a calentar,
Calor de mi hogar de amor, con esa, mi lujuriosa y desmedida pación.
Frio que por mi puerta carnal, adentrándose a su paso, como el fin de mi día que ha de llegar;
La esperanza de encontrar tu amor el día de hoy,
Como hojas secas que el otoño arrebato de mi corazón,
Cayéndose mí roble ilusión,
Así es como me siento con el final yo poder avistar.
Y triste, que tristeza al tu partida mirar, contemplando el final,
Una fuerte helada invernal,
Que mata y duerme a la más linda flor, y noble animal,
Mi enorme amor, que como un paro al corazón, queda roto con tu desaparición.
Y da igual, no me preocupo,
Por que se que al día siguiente,
Como el ciclo presente,
Tu llegada podre admirar,
Como la primavera que ha de regresar.
viernes, 26 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario