Por azar del destino, o la simple estrategia, que mas me convino,
Te volví a ver y volví a presenciar tu sonrisa, mientras mi ego, subía,
Siguiendo yo mi ritmo, al estilo y juego de quien no le interesan las consecuencias, acercándonos te fui conociendo,
Analizando cada gesto y detalle como quien planea su jugada con la mas meticulosa estratega,
Y mientras la conversación se daba comprendí la profundidad de tus ojos, para mi gran sorpresa,
Como cuando miras la profundidad del sol saliendo al alba.
No puedo llamarlo destino,
Ya que en eso no creo y nunca he creído,
Más a lo que sí puedo apostar y creer es en la magia de aquel pueblo y camino,
Y eso es lo que aquella noche llamaste destino.
He sentido últimamente la infinita curiosidad de saber cómo fue que en aquella velada, todo se acomodaba,
La gente, el camino, la situación tan esporádica y por demás mágica,
Hay quienes me han nombrado dichosa, o han comentado que suertuda que eres, otros comentan es el destino, pero todos terminan callando, cuando yo afirmo, fe magia la que tuvimos,
Magia por el lugar, la compañía, la naturaleza,
Y qué más da, es solo por eso que digo que aquella velada mágica,
En donde hasta las estrellas se confabularon con la situación, mostrando su fugaz faz,
Que he dicho, en esos momentos… fue la segunda vez que te vi, y la primera vez que te mire.
viernes, 26 de marzo de 2010
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